El monumentalismo utilizaba la carga simbólica de la fuerza del poder como propaganda. Un aspecto común de los fascismos (Alemania, Italia y España) es el sentimiento nacional, tradicional, por lo que se aprecia una vuelta a los estilos nacionales, con lo que se llegó a una confrontación y rechazo del estilo internacional. Esto ocurrió en las demás artes (pintura y escultura). Se dio de forma brutal y exagerada en Alemania.
Propuesta de Borís Iofán para el concurso del Palacio de los Soviets en Moscú de comienzos de los años 1930. El proyecto es representativo porque venció a otras propuestas que eran abiertamente modernas, afortunadamente no llegó a construirse dado que se atravesó la Segunda Guerra Mundial. Únicamente se cavaron y construyeron parte de los cimientos, que después se transformaron en una piscina al aire libre. Sobre esto ya se ha escrito suficiente y existe una amplia bibliografía que se puede consultar al respecto
La otra propuesta -muy conocida también- es la de Le Corbusier quien distribuye al proyecto de manera horizontal en distintas partes y emplea una estructura colgante que debe buena parte al lenguaje constructivista soviético. En ella no hay referencias simbólicas literales como hizo Iofán al colocar una estatua de Lenin en la punta del rascacielos de 495 metros. Es el inicio de un cambio paradigmático que augura el negro escenario de la Europa de preguerra. Para esos momentos, el periodo más brillante de la arquitectura moderna está prácticamente terminado.
Stefanía Vargas: este texto no fue escrito por ti, lo reconozco como propio de un viejo blog mío que, aunque ya no existe, sé que fue publicado el 23 de mayo de 2013.
ResponderEliminarNo me importa que la gente haga referencia a cosas que no son propias, el conocimiento es eso: una interpretación de los discursos a partir de lo que otros han dicho. Pero sería bueno que, al menos en un gesto de honestidad intelectual, reconocieras de dónde extraes lo que publicas. Gracias.